5 de la madrugada

Las cinco de la madrugada,
con sueño y escribiendo a solas.

Me gusta quedarme en silencio a oscuras,
arropado por una sombra interminable
bajo un firmamento inalcanzable
calmando mi mente cuando se satura.


Estoy desvaneciendome, que bien suena.
No dejó de pensar en las estrellas que hace tiempo perdí de vista.
Desaparecieron en la nada quedando solo el templo como pista.

Llegará el día con su correspondiente noche.
Para encontrarme
busca entre las sombras el brillo de un broche.

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