Nachos con queso

Eran las 2 de la madrugada cuando crucé la puerta cerrándola a mis espaldas. Allí estaba.. yacía sobre la cama, con una fina sabana bastante desordenada por encima de ella tapando partes de su cuerpo hasta acabar colgando del pie fuera de la cama.
Me acerqué despacio mientras iba quitándome la ropa poco a poco, el mayor ruido fue el cinturón al golpear en el suelo. Me paré entonces para disimular y que no se despertara. Efectivamente, tras el ruido se desperezó y sin abrir los ojos se giró, tirando la sabana del todo al suelo. No pude moverme, ver su espalda al descubierto, cubierta en parte por su lacio pelo despeinado. Su bella espalda desembocaba en fina cintura marcada por la única prenda de ropa interior. Ese color negro creaba el contraste perfecto con su pálida piel, como la nieve, fría y hermosa. Si existiera la perfección, allí yacía. Ese lienzo como la nieve esperando el cálido cincel de mis dedos para remarcar su hermosura.
La seguían sus piernas, como dos afluentes que asomaban tras esa prenda que, como si de una cárcel con las puertas abiertas se tratara, mantenía más belleza a la vez que la resaltaba mostrando su contorno de pradera.

Me acerqué evadiendo cualquier obstáculo por el suelo, ropa, una almohada, zapatillas, mi propia ropa... Allí estaba, frente a mi... Me tumbé a su lado, sintiendo su espalda en mi pecho, sus nalgas en mis piernas.. quedé paralizado por su fragancia, su tacto. Empecé a levantarme a medida que la besaba por la espalda, apartando su pelo, llegando a sus finos hombros. Me dispuse a besarlos con los labios húmedos mientras mi mano derecha se mantenía firme en su cintura.
Poco a poco iba notando como se despertaba, a medida que recorría con mis labios su espalda, en zig zag hasta llegar a las caderas, entonces repasé el contorno que marcaba su ropa interior con la punta de la lengua como si se tratara de un pincel fino. Mi manos sujetas a su cintura, comenzaron a quitar la única prenda que vestía mientras cada nuevo trozo de lienzo visible era estampado por mis labios.

En ese justo momento se giró de golpe, me cogió con una mano por la barbilla y me besó, tumbada de lado agarró mi mano y usándola a gusto como si fuera parte de ella se fue bajando lentamente el culotte. Levantó la cintura para poder bajarla hasta las rodillas. En ese instante subió con sus manos, agarrando mi cara y besándome como si perdiese la vida en ello mientras terminaba de quitarse la prenda con las piernas, entonces, teniendo ese culotte, colgando de su pie, lo dejó caer al suelo, y su pierna sobre mi cintura. Empecé a notar cierta humedad en el muslo que me excitaba y hacía que la abrazase y rozara contra mi, subiendo mi rodilla, ejerciendo presión, la misma que notaba en los boxer-con razón le daba de si a mi ropa interior-pensé, mientras no evitaba agarrarme a ella y presionar su cuerpo al mio, acercando cada segundo un poco más su humedad a mi erección, notar como sus labios la abrazan, tratando de rodearla, deseando sentirla dentro. De pronto, cómo si estuviera sofocada me empujó, sentándose sobre mi cintura, moviendo las caderas mientras hiper ventilaba, se mordía el labio y con los ojos entrecerrados sin dejar de mirarme. Se reclinó para besarme, agarrándome por el cuello, y a besos fue descendiendo poco a poco, dejando una mano agarrada a mi clavicula. La otra seguía el camino que sus besos iban trazando por mi torso desnudo. Pasando el ombligo, dejando su mano, clavando las uñas en mis abdominales. No podía ignorar cómo asomaba el glande bajo el ombligo apretado por la goma del bóxer. Sin perder tiempo, con ambas manos, los agarró y tiró de ellos mientras me lamía de punta a puntas.
De golpe se levantó y se dirigió a la mesilla y del cajón sacó un bote- ¿Un gel de sabores? ¿lubricante tal vez?-supuse, pero mi sorpresa llegó después... lo vertió haciendo un caminito sobre mi miembro y empezó a lamerlo desde abajo, tras llegar al glande y dejarlo todo ensalivado siguió subiendo, para besarme mientras volvía a sentarse sobre mi y rozarme mm entonces me dí cuenta de lo que era... Me había echado queso haha!, no pude evitar reírme y seguir besándola a la vez que daba la vuelta dejándola boca arriba, agarrando sus manos y manteniéndolas en alto mientras iba estirando mis piernas, dejando mi cuerpo sobre el suyo a la vez que estiraba sus piernas y las abría junto a las mías.. me dispuse a comerla a besos. Empezando por sus labios, esa boquita de piñon, de carnosos labios, dulces mmm me separé de ellos mientras los estiraba un poco, costaba desprenderse de ellos, mm continué por su cuello, relamiendo mis labios para darle unos besos húmedos, deslizándome por su pecho, habiendo soltado una mano y llevándola a su cintura, acariciando con los dedos, buscando la humedad entre sus piernas para hundir mis dedos, mientras con mis labios seguía acariciando sus pechos, divagando en su aureola, su pezón... con el dedo índice y corazón dentro de ella, pegados a su pared, acariciándola al compás con del pulgar que acariciaba en círculos suave su clítoris, mientras por dentro apretaba.. cada vez más mojada.. seguía deslizándome por su cuerpo hasta llegar a su cintura. La repasé con la lengua mientras con la mano libre acariciaba el interior de sus muslos, abriendo las piernas cada vez que las cerraba al estremecerse con mis dedos juntando dentro de ella.

Con un par de dedos de una mano dentro, con la otra mano apoyada por encima decidí abrir los labios un poco más para ver con claridad, dejar el clítoris completamente al descubierto.. no pude resistir empezar a acariciarlo con la punta de la lengua, cada vez más rápido, dejando mi lengua sobre él, moviéndose, sintiendo cómo ella se estremecía poco a poco, sus gemidos invadían la habitación a medida que aceleraba el movimiento de mis dedos y lengua... No aguanté mucho hasta que junté esos labios con los míos, y sin sacar los dedos metí la lengua hasta donde llegaba, acariciándola por dentro, humedeciéndola aun más.. labios, barbilla, media cara mojada de ella... me ponía muchisimo sentirla así, mientras me agarraba con cariño por el pelo, para que no sacase la lengua de su interior, hasta que en un momento, tiró de mi pelo hacia arriba, por inercia dejándome cara a cara con ella, tuve que hacer uso de ambas manos para no caerme. A centímetros nuestros labios, me susurra con la respiración agitada -Dentro... ya- mientras una mano me rodeaba el cuello y la otra bajaba agarrandome la polla... la cogió y empezó a refregarla contra ella, intentando meterla... dejó el glande apoyado en ella, podía sentir cómo movía suavemente sus caderas, cómo su humedad me iba lubricando cada vez más, cómo esa humedad se escurría... sentí sus piernas rodeándome por la cintura, ejerciendo presión hacia ella, sus manos, agarrándome la cara.. ella besándome mientras seguía moviendose.. Sin poder resistir, apoyado sobre las piernas, lleve una mano a su entrepierna, abriendo sus labios para poder entrar sin problemas, mientras con la otra mano me agarré la erección que me provocaba su aroma, su tacto, su mirada mmm ella.. y comencé a darle golpes con el glande en el clítoris... daba un azote y la rozaba, una y otra vez, hasta que en un roce, al bajar.. apretó con sus piernas y la penetré rápidamente de lo lubricada que estaba, el sonido de chapoteo al meterla hasta el fondo me puso más cachondo si era posible..

Con sus piernas abrazadas a mi cintura, sus manos a mi cuello, estando dentro de ella hasta el fondo, no lo pensé.. la agarré por las nalgas y me puse en pie -No te sueltes- le susurré con una sonrisa pícara, e inmediatamente empecé a mover mis cinturas, cuando estaba fuera de ella, solo con la punta dentro, volvía a ceder y llegar hasta el fondo, eso hizo que soltara un gemido fuerte. La empotré contra la pared sin dudarlo, apoyando sus piernas en mis brazos, su espalda en la pared.. no podía parar de embestirla. Cada vez notaba más presión entre sus piernas... Tras un tiempo, se apoyó en el suelo, con las piernas apretadas, sin sacarla, iba rozándome poco a poco, de forma suave, mientras la comía a besos.. Me empujó sobre la cama, se sentó sobre mi, y teniéndola dentro, se dio media vuelta, dándome la espalda, estirándose, girando la cara para besarme mientras se tocaba a la vez que me movía lentamente dentro de ella, agarrando y acariciando sus pechos, sus pezones duros, la hacían estremecerse más.. Se fue pasando la noche.. Sobre el escritorio...en el suelo.. contra la puerta..para acabar.. en la cama, ella estaba encima, de cara a mi.. mientras estábamos abrazados, besándonos, con caricias.. parecía incompatible la desenfrenada salvaje de la noche, con ese intercambio de caricias...

Me desperté con las manos atadas, y lo primero que vi con claridad, fue su entre pierna, sobre mi cara, sus dedos a mitad mmm pero esa historia la contaré otro día.

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